Día Mundial del Medio Ambiente
Nuestros abuelos, cuando querían comprar leche, iban a la vaquería con su propia “lecherita”, un recipiente de uso cotidiano y familiar.
Nuestros padres, en cambio, acudían al colmado o a la bodega y compraban la leche en botella de vidrio retornable.
Nosotros, la generación más formada e informada de la historia, compramos la leche en brik o en botella de plástico y, una vez la hemos consumido, tiramos el envase a la basura.
Y no nos tiembla el pulso: es la cultura de “usar y tirar”.
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Usamos y tiramos
Por mucho que hablemos de lo importante que es reciclar (que lo es, por supuesto) quizás te sorprenda saber que gran cantidad de plásticos no se puede reciclar, porque para la industria resultaría demasiado costoso. O que los plásticos, una vez utilizados y reciclados, ya no se pueden re-utilizar para envasar productos destinados al consumo humano.
Si tenemos en cuenta que un 90% de los objetos o los artículos cotidianos de plástico los usamos una sola vez y luego los tiramos, quizás lleguemos a la conclusión de que, además de “reciclar”, deberíamos evitar el consumo indiscriminado.
5 de junio: Día mundial del Medio Ambiente
En sus inicios, los “plásticos” eran de origen vegetal: las materias primas empleadas provenían del algodón, las avellanas, la resina, el caucho, el almidón, etc.
Actualmente, las materias primas utilizadas para obtener los plásticos que invaden el planeta tienen su origen en el petróleo o el gas natural (en su mayoría) y precisan de procesos químicos industriales para su fabricación.
La ONU ha marcado el 5 de junio de 2019 en la agenda de la ecología mundial y ha reservado este día a la lucha contra la contaminación por plásticos y a la concienciación sobre el problema que supone la contaminación de mares y océanos.
Y nosotros, ¿qué podemos hacer?, ¿por dónde empezamos a reducir el consumo de plásticos?
- Prescindamos de los plásticos de un solo uso
Los bastoncillos higiénicos, las bolsas, los cubiertos desechables, las pajitas, los vasos del café y sus tapas son perfectamente evitables.
Seamos previsores y preguntémonos: ¿dónde tiraremos ese vaso plástico en el que bebemos un café “para llevar” mientras caminamos por la calle o cuando llegamos al trabajo?
- Compremos menos (o no compremos en absoluto) productos sobre-envasados
Si puedes elegir, deja a un lado las frutas en bandeja envueltas en plástico y compra a “granel”, y elige envases retornables para tus bebidas, en lugar de utilizar tantos briks y botellas de plástico
- No bebamos siempre agua embotellada
Según datos recientes, cada año unos 20.000 millones de botellas de plástico acaban en la basura.
Si adquirimos recipientes reutilizables y los sumamos a nuestra cotidianeidad, reduciremos el brutal desperdicio que supone “usar y tirar” de manera constante.
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