¿Qué saben l@s niñ@s del cambio climático?

 

Si naciste en el siglo XX, es probable que cuando fueras niña/o las palabras “cambio climático”, “medio ambiente” o “reciclaje” significaran poco o nada para ti.

Porque hace 20 o 30 años, ¿quién tenía 4 o 5 cubos de basura en su casa, para los envases de plástico, para el vidrio, para el papel, para la materia orgánica, algún recipiente pequeño con las pilas usadas, otro cubo en el lavabo…?

¿Y a quién le podía preocupar realmente algo tan «improbable» como la destrucción de la capa de ozono?

En esta entrada de nuestro blog, nos hemos propuesto entrevistar a Candela y Rafael, hermanos de 11 y 8 años, para averiguar qué saben, qué piensan, qué sienten unos hijos del siglo XXI en relación al medio ambiente.

A nuestra llamada, se ponen cómodos en el sofá del comedor de su casa, uno junto al otro, dispuestos a ayudar con sus respuestas.

A ver, empecemos, eso del Medio Ambiente, para vosotros ¿qué es?

R: Es la naturaleza, los animales, las plantas, los arboles…

C: Sí, todo eso, sí, y los bosques y los mares.

Y cuidar el Medio Ambiente, ¿en qué consiste?

C y R: Pues cuidar el bosque y el mar.

¿Cómo lo cuidamos?

R y C: No tirando basura y reciclando.

¿Reciclando? ¿Qué es reciclar?

C: Poner cada cosa en su sitio, cada cosa en su contenedor.

R: Eso.

¿Vosotros recicláis? ¿Qué recicláis?

C: Reciclamos lo que dice mi padre. En la cocina tenemos un cubo para los plásticos y otro para los restos de comida y otro para los envases de vidrio…

R: Y también está lo del lavabo.

¿Lo del lavabo?

R: Sí, las toallitas, el papel…

¿Qué hacéis con eso?

R: Pues dejarlos ahí, en el cubo. Porque si lo tiramos al váter, los papeles no se derriten y llegan al mar y flotan y los peces se lo comen y luego tienen una enfermedad muy grave y se pueden morir.

Y del cambio climático, ¿qué sabéis?, ¿os suena?

C: Antes, hace años, no se reciclaba y por eso ahora hay muchos plásticos en el mar.

R: Y el oso polar tiene calor, se enferma porque se derriten los Polos…

C: …y entonces los osos se extinguen…

R: …por el cambio climático, porque hace mucho calor y luego cambia y hace mucho frío…

C: Antes no era así. Antes en otoño llevabas anorak porque llovía. Ahora no llueve y vamos en pantalón corto.

Y todo eso, ¿a qué se debe?

C: A que se está derritiendo la capa de ozono y entra el sol…

R: No me gusta nada el cambio climático, tengo miedo de que se acabe la capa y que venga el sol.

¿En el cole os hablan de esto?

R: Los profes no hablan de estas cosas, mis padres sí. Por eso sabemos.

¿Qué sabéis?

R: Que hay que reciclar.

C: Y lo de Greta.

¿Greta?

C: La chica que está en la tele diciendo que tenemos que espabilar, que los presidentes y los que mandan lo hacen muy mal.

R: Va por los países dando discursos a la gente, pidiendo que se centren en no dañar la capa de ozono.

¿Y creéis que esto se va a solucionar, como dice Greta?

C: De aquí a muchos años a lo mejor, si la gente es más consciente de lo que pasa.

R: La gente se tiene que centrar.

Decís que la gente debe ser “más consciente”, pero eso ¿qué quiere decir?

C: Hay que saber más y hay que hacer más control.

¿Más control?

R: Lo que hay que hacer es poner multas.

¿Multas?

R: Sí, el dinero hace pensar a la gente.

C: Si no cambiamos esto, el mundo se acaba y se destruye.

R: ¿Podemos acabar esta conversación, por favor? Tengo mucho miedo…

 

Y la entrevista finaliza de manera abrupta e inesperada.

El más pequeño, Rafael, salta del sofá y se lanza en brazos de su padre. El niño llora. Su padre le abraza y le consuela: No te preocupes, le dice, ya verás, lo vamos a hacer todos juntos, el mundo no se acabará.

La niña, que es más mayor, no dice nada, pero también está impresionada con las lágrimas de su hermano.

Ay, esto de hablar y pensar, duele.

Como decían Candela y Rafael, el primer paso para encontrar soluciones es saber más (estar informados) y ser conscientes de todo lo que podemos hacer. Y controlar a los que no respetan. A lo mejor, incluso, conviene poner multas.

Y quizás, como Rafael, se puede tener un poco de miedo y llorar un poquito.

Pero, enseguida, el siguiente paso es enjugarse las lágrimas, levantarse, aprender y actuar.