Los plásticos que no reciclamos
En 2017, según estadísticas facilitadas por la ONU, más de 11 millones de toneladas de basura plástica fue “exportada” y enviada a terceros países.
Estos residuos plásticos que nadie quiere son embarcados con muy poco control en contenedores de mercancías rumbo a países donde no hay la más mínima seguridad de que los plásticos sean convenientemente tratados.
El viaje de la basura comienza en países desarrollados que la generan y acaba en países como China, Indonesia, Malasia o Filipinas.
Una parte de los residuos se recicla, pero es un tanto por ciento muy pequeño: según algunas fuentes solo un 9% de todo el plástico fabricado desde 1950 ha sido reciclado.
Lo que quiere decir que el resto, el 90% de las basuras plásticas, ha sido incinerado o abandonado de cualquier manera en tierras, mares y ríos
Ahora, los 187 países que forman parte del Convenio de Basilea han decidido regular el tráfico mundial de la basura plástica con la intención de evitar que las naciones en desarrollo sigan recibiendo desechos sin control.
Hasta ahora los países desarrollados se sacaban la basura plástica de encima y cerraban los ojos a las consecuencias. Enviaban su basura bien lejos, y lo hacían “legalmente”, como si la salud del Planeta no fuera con ellos.
Lo más responsable y coherente sería que cada país se responsabilizara de su propia basura, pero por ahora, a falta de dirigentes valientes y comprometidos con el medio ambiente, se intentará asegurar la trazabilidad de las basuras.
A partir de 2021, la nueva normativa, que es todo un avance dado el grado de irresponsabilidad de los dirigentes políticos y económicos mundiales, obliga a identificar y clasificar las basuras antes de ser exportadas, y los exportadores tendrán que obtener el consentimiento de los países de destino antes de enviar los desechos plásticos contaminados o imposibles de reciclar.
España está en el top 10 de los países que exportan basuras plásticas. Según los datos de la ONU, diez Estados fueron responsables del 75% de las exportaciones de “residuos, trozos y recortes de plásticos” en 2017, y España (con más de 300.000 toneladas de basura exportada) ha ocupado el noveno puesto.
Lo increíble es que exportemos un veneno plástico contaminado y contaminante, y que, al mismo tiempo, en España hayan tenido que cerrar plantas de reciclaje porque no les llegaba basura.
Exijamos control y que nuestros responsables políticos dejen mirar para otro lado y de tomarnos el pelo: realmente, ¿dónde va la basura que genero en mi casa y llevo al contenedor cada semana?, ¿dónde van a parar el envases de leche o de yogur?
Para más información
https://elpais.com/sociedad/2019/05/19/actualidad/1558266684_100410.html
https://www.ecologiahoy.com/convenio-de-basilea